Por Javier Vaca
De acuerdo con el periodista Fernando Ceballos, el conjunto del América habría utilizado la figura de causa de fuerza mayor para no registrar a André Jardine como entrenador del América y posteriormente permitir que Diego Cervantes dirigiera en el partido ante Querétaro en la primera jornada del Clausura 2025. Esta situación ha generado una ola de comentarios y críticas, especialmente entre los aficionados de otros equipos, quienes señalan una aparente disparidad en el trato que reciben las Águilas en comparación con otras instituciones, como las Chivas Rayadas del Guadalajara. La polémica se centra en la interpretación y aplicación del reglamento de la Liga MX, y cómo esta flexibilidad parece beneficiar a ciertos equipos.
La supuesta “artimaña” utilizada por el América ha desatado una fuerte controversia en el fútbol mexicano. La no inscripción de Jardine bajo el argumento de “fuerza mayor” ha levantado sospechas sobre si realmente existía una justificación válida o si se trató de una estrategia para evadir el reglamento y evitar una posible sanción por la ausencia del técnico brasileño. Esta situación ha llevado a muchos a preguntarse qué habría pasado si un equipo como Chivas hubiera intentado una maniobra similar. La percepción general es que el Rebaño Sagrado habría sido objeto de un escrutinio mucho mayor y probablemente habría recibido una sanción ejemplar.
Existe una percepción generalizada entre los aficionados de otros equipos, incluyendo a los chivahermanos, de que existe una doble moral en el fútbol mexicano. Se argumenta que las decisiones arbitrales, las interpretaciones del reglamento y las sanciones suelen ser más favorables para ciertos equipos, como el América, mientras que otros, como Chivas, son tratados con mayor rigor. Este caso de la no inscripción de Jardine y la justificación de “fuerza mayor” ha reforzado esta percepción.
La afición de Chivas, en particular, se siente agraviada por esta situación. Recuerdan casos pasados en los que el Rebaño Sagrado ha sido sancionado por situaciones similares o incluso menos graves. La comparación entre ambos casos genera indignación entre los seguidores rojiblancos, quienes consideran que existe un trato desigual por parte de las autoridades del fútbol mexicano. La pregunta que surge es: ¿habría recibido el mismo trato Chivas si hubiera intentado algo similar?
La pregunta central que se plantea en este debate es qué habría ocurrido si Chivas hubiera intentado la misma estrategia que el América. La opinión generalizada es que el Rebaño Sagrado habría sido objeto de una investigación exhaustiva y probablemente habría recibido una sanción. Se argumenta que la presión mediática y la atención que genera Chivas habrían dificultado que una maniobra de este tipo pasara desapercibida.
La afición de Chivas se siente frustrada por esta aparente disparidad en el trato. Consideran que se les exige un mayor rigor y que cualquier error o interpretación del reglamento por parte del Rebaño es castigado con severidad. Esta percepción de injusticia genera un sentimiento de agravio entre los seguidores rojiblancos, quienes exigen un trato igualitario para todos los equipos de la Liga MX.
Este incidente pone de manifiesto la necesidad de una mayor transparencia en la aplicación del reglamento de la Liga MX. La interpretación de conceptos como “fuerza mayor” debe ser clara y objetiva para evitar suspicacias y generar confianza entre los equipos y la afición. La liga debe buscar una mayor uniformidad en la aplicación de las normas para evitar que se perciban tratos diferenciados.
La polémica generada por la situación del América y Jardine debe servir como un llamado de atención para las autoridades del fútbol mexicano. Es fundamental que se garantice la equidad y la transparencia en todas las decisiones, evitando que se generen suspicacias y se ponga en duda la integridad de la competencia. La afición exige un trato justo para todos los equipos, sin importar su nombre o su historia.
La afición de Chivas, y en general los seguidores de otros equipos, exigen un trato igualitario por parte de las autoridades del fútbol mexicano. No se pide un trato preferencial, sino simplemente que se aplique el reglamento de manera justa y equitativa para todos los equipos. La transparencia y la objetividad deben ser los pilares fundamentales de la Liga MX para evitar que se generen suspicacias y se ponga en duda la legitimidad de la competencia. Este caso del América y Jardine ha reavivado un debate que lleva años presente en el fútbol mexicano.
11/01/2025
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