Por Mateo Garzón
Javier Hernández gana anualmente $4 millones en Chivas, esto incluyendo todo: salario, derechos de imagen y bonificaciones. Antes de unirse al Rebaño Sagrado, recibía $6 millones en LAFC, pero por su edad y las realidades distintas, se terminó bajando el sueldo. Por ahora no ha terminado de encajar y las críticas son constantes por su falta de efectividad.
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La llegada de Javier Hernández al Club Deportivo Guadalajara, precedida de una gran expectativa y acompañada de un salario anual que ronda los $4 millones de dólares (incluyendo salario, derechos de imagen y bonificaciones), naturalmente generó la ilusión de que el experimentado delantero se convertiría en el faro del ataque rojiblanco, aportando su olfato goleador y su jerarquía para guiar al equipo hacia los objetivos trazados.
Sin embargo, la producción ofensiva del "Chicharito" desde su retorno al redil ha quedado muy por debajo de lo esperado, limitándose a tan solo dos goles en su cuenta personal. Esta marcada disparidad entre su elevado ingreso económico y su escaso rendimiento goleador ha exacerbado las críticas por parte de la afición y la prensa deportiva, quienes cuestionan si la inversión realizada en su contratación se está traduciendo en los resultados deportivos que se anhelaban.
Mientras en el entorno rojiblanco circulan versiones sobre el interés de Javier Hernández en extender su contrato con Chivas hasta el año 2026, buscando una revancha deportiva, la realidad de su presente en el club, marcado por la falta de continuidad y una escasa cuota goleadora, podría llevar a la directiva a considerar una salida menos prolongada, incluso proponiendo un partido de despedida como un cierre de su emblemático ciclo en la institución.
El Club Deportivo Guadalajara enfrenta un momento crucial donde la gestión financiera y el rendimiento deportivo se entrelazan de manera inseparable. La necesidad de implementar medidas de austeridad para reducir los gastos operativos, incluyendo una revisión exhaustiva de la estructura salarial y otros costos asociados al funcionamiento del club, es tan apremiante como la urgencia de encontrar una fórmula táctica y una estrategia de juego que permitan al actual plantel rendir al máximo de sus capacidades.
Optimizar el funcionamiento del equipo en la cancha, logrando una seguidilla de resultados positivos y un estilo de juego convincente, no solo es fundamental para satisfacer las demandas de la apasionada afición rojiblanca, sino que también puede tener un impacto positivo en la estabilidad económica del club a largo plazo. Encontrar este delicado equilibrio entre la eficiencia financiera y la productividad deportiva se erige como el doble desafío que Chivas debe superar para construir un futuro sostenible y exitoso, recuperando el protagonismo que su historia demanda.
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